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Santiago de Compostela

El plato gallego por excelencia. Vayas a donde vayas por el mundo adelante, en todo bar que haga referencia a Galicia tienen este plato en la carta. Ya lo llamen pulpo á feira, “pulpo a la feria” o “octopus to the party”.

Tengo que admitirlo, en ningún lado sabe mejor que en la propia feira, de ahí su fama.

Es muy curioso, porque el pulpo á feira va muy ligado a las fiestas en las aldeas de Galicia, y hay una que tiene mucha fama.

Es la fiesta de Santa Minia, en Brión, muy cerca de Santiago.

Tengo muchas anécdotas con mi nombre, ya que no todo el mundo entiende que me pueda llamar Minia. Me han llamado de todo: Emilia, Herminia, Elida, …

Aunque lo más simpático es cuando le digo a alguien al que no le da cogido el tranganillo a mi nombre: soy Minia, como Santa Minia de Brión. No falla, la respuesta es inmediata: ah, Santa Minia de Brión, claro.

Pues lo dicho, en la fiesta de Santa Minia de Brión, el 27 de septiembre, se ponen en la carballeira (robleda) un montón de puestos de pulpo. Y os puedo asegurar que es donde más rico está.

Supongo que será por el agua de cocción, que tiene todo el sabor del pulpo concentrado, acompañado esto por los platos de madera, la música, los bancos corridos y la gente, mucha gente.

Si venís a Galicia no os perdáis probar un pulpo en la feira. Ni punto de comparación.

Para quien no pueda, le voy a indicar como poder comerlo en casa. En este caso lo vamos a acompañar de unas patatas al azafrán. Hay quien cuece las patatas en el agua de

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Ingredientes

  1. 1 pulpo de 1, 5 kilos- esto va a determinar la cocción
  2. 4 patatas
  3. 2 hojas laurel
  4. Sal grueso
  5. Aceite de oliva virgen extra- fundamental que sea un aceite de buena calidad y con cuerpo
  6. Pimentón picante (que no sea de la Vera, no le va este sabor) o dulce para quien no le gusten las emociones fuertes
  7. Pan- os va a extrañar que ponga este ingrediente, pero tan bueno es el pulpo como las sopas que se hacen con su salsa

Pasos de la receta

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    Para que el pulpo no esté duro, hay que golpearlo. En Galicia se pueden ver las imágenes de los pescadores, cuando vienen del mar y “mallan” el pulpo contra las piedras. Como sé que no os vais a poner a golpear al pulpo en vuestra casa os voy a dar una solución más sencilla: congelemos el pulpo. Yo lo suelo tener unos quince días congelado. Eso sí, la descongelación la hago en la nevera. Lleva su tiempo, de 48 horas no baja, ya que tiene mucho contenido en agua y tarda mucho en descongelar.

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    Una vez que tengamos el pulpo listo para la cocción, empecemos. Vamos a poner una pota muy grande, donde entre el pupo cómodamente, bien llena de agua. Le echamos un par de hojas de laurel y la pondremos a fuego fuerte hasta que rompa a hervir. Una vez que rompa a hervir meteremos el pulpo de la siguiente manera: asustándolo. No, os lo vuelvo a decir, no os vayáis a por las caretas de halloween. No es ese susto al que me refiero.

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    Asustarlo es meterlo y sacarlo tres veces de la olla de la siguiente manera: lo agarramos con un gancho (nos valen los que se utilizan para colgar los chorizos) y lo metemos por entero en la olla. Contamos hasta tres y lo sacamos otra vez del todo. Así hacemos tres veces. Vemos que se le retuercen las patas. El objetivo de asustar al pulpo es para evitar que se le desprenda la piel, y por lo tanto, la sustancia.

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    Ya bien asustado el pulpo, lo dejamos que hierva durante unos 20 minutos con la olla destapada. Probaremos con una brocheta de madera que no esté duro pero que tampoco esté chicloso. Dejamos reposar al final de la cocción otros 20 minutos No vamos a meter ningún utensilio metálico durante la cocción, pues endurece el pulpo. Ah, no me olvidé la sal, simplemente no se le hecha.

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    Vamos a hervir las patatas. Para ello pondremos agua a cocer, con un poco (no mucho) sal y un sobrecito de azafrán molido. Una vez que rompa a hervir, agregamos las patatas cortadas en rodajas gordas y dejaremos que hierva durante 20 minutos.

  6. 6

    Cuando tanto el pulpo, como las patatas, estén listos, preparamos la fuente. Pondremos en la base las patatas cocidas y, por encima el pulpo, el cual habremos cortado con ayuda de unas tijeras de cocina. Echamos sal gruesa y pimentón picante al gusto. Buen provecho

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Dibujo gris de una cámara y una sartén de cocina

Comentarios (2)

Manuel Moreno
Manuel Moreno @cook_19236218
En vez de azafrán molido, ¿ vale colorante alimentario ?

Escrita por

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lacocinademinia.es @lacocinademinia
Santiago de Compostela
Antes de nada os presento mi blog: http://www.lacocinademinia.es/ Con esta página no pretendo sumar otra más al amplio mundo de páginas de recetas, sino que quiero ir algo más allá, a través de recuerdos, de reflexiones, trucos, consejos, gustos, etc. Al fin y al cabo, el momento de la cocina es un momento para estar con uno mismo y da lugar a pensar en infinidad de cosas. Mucha de la gente que ha pasado por mi mesa a comer me ha comentado la idea de abrir un restaurante…¡¡¡¡noooo!!! ¡Qué forma de odiar la cocina!. Al igual que me han insinuado que me presente a un concurso de cocina. Al próximo que me diga que me pesente a un concurso de cocina lo mando al Gran Hermano. Sí que es cierto que tengo dos estados diferentes en la cocina: disfrutándola- normalmente fines de semana y cuando viene gente a comer a casa-, y odiándola- cuando tengo que pensar TOOOODOS los días el menú del día siguiente-. Y cuando digo pensar, no sólo es pensar en lo que hacer de comer, sino repasar mentalmente los ingredientes que tengo en el congelador, en la nevera, en la despensa, los que tendría que comprar en caso necesario, en qué momento puedo ir a comprar, si antes o después de recoger a los niños en el cole, o entre que van a una clase o a otra,… ¡¡Lo odio!! Pero no por ello odio cocinar. Empecé este proyecto como terapia y porque, como dice mi madre, soy un “culo inquieto”. Siempre tengo que tener algo en mente y si supone un reto para mí, mejor. Como terapia, me ha servido, y con creces. Estoy teniendo mejor acogida de lo que esperaba y además, tengo a la familia encantada. Todos los días comen algo diferente. No os creáis que las fotos me las saco de internet, no. Las fotos son hechas por mí de platos cocinados por mí, lo cual me obliga a cocinar variado, aunque bien es cierto que no es muy diferente de lo que cocinaba anteriormente.
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