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Hay algunas recetas que, en Galicia, tienen entidad propia.

Una de ellas es la caldeirada de peixe. He traducido el nombre por eso de que entendáis todos lo que es, pero me cuesta llamarla caldereta.

De toda la vida fue la caldeirada, odiada cuando yo era una cría y bien querida ahora que soy madre.

Es una forma diferente y muy rica de hacer el pescado, que bien se puede dejar preparada de un día para otro.

Simplemente se deja todo listo menos el toque final de horno, y no veáis el gusto que da llegar de trabajar y tener pescado recién hecho.

Además, con cuatro pescados, como es el caso, bien que da para cuatro personas. Y os puedo asegurar que no os quedareis con hambre.

El mes de marzo es una buena época para hacer la caldeirada, ya que buena parte de los pescados que se suelen utilizar en su elaboración están en comida. Los mejores, los pescados de roca.

Para que os sirva de referencia, he encontrado esta página de Eroski donde hay un calendario de pesca que es bastante fiable.

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Ingredientes

  1. Pescado (mejor de roca). En mi caso he cogido lenguado, lubina, rape y sargo. (Vamos a necesitar las cabezas)
  2. 4 patatas grandes
  3. 1 diente ajo
  4. Unos guisantes
  5. Laurel
  6. Sal

Pasos de la receta

  1. 1

    Lo más importante de esta receta es el pescado. No me metáis pescado congelado, pues pierde muchísimo. El pescado tiene que ser fresco, y si os lo puede cortar el pescadero en dos o tres trozos, mejor.

  2. 2

    Ponemos a hervir en una olla amplia y con mucha agua las cabezas de los pescados con dos hojas de laurel, los guisantes, la cebolla sin cortar y un diente de ajo. Agregamos sal y dejamos que hierva hasta que los guisantes empiecen a estar blandos.

  3. 3

    Pelamos y limpiamos las patatas y las cortamos en rodajas gordas. Cuando estén casi listos los guisantes, las agregamos a la olla y retiramos las cabezas de pescado. Dejaremos que hiervan durante unos 15 minutos.

  4. 4

    En mi caso, como tengo cocina de inducción, no he podido hacer las patatas y los guisantes en una cacerola de barro, pero es lo suyo. Así que, cuando casi están listas las patatas y se ha evaporado gran parte del agua, agrego azafrán y llevo todo a una cacerola de barro. Debe quedar poca agua, la que haya en exceso la retiramos.

  5. 5

    Prepararemos todo en la cacerola. Pondremos las patatas, los guisantes, la cebolla y el pescado. Le echamos un chorro de vino por encima (yo he usado albariño) y un poco de sal en los trozos de pescado.

  6. 6

    Calentamos el horno a 180ºC y pondremos la cacerola durante unos 25-30 minutos. Buen provecho.

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Antes de nada os presento mi blog: http://www.lacocinademinia.es/ Con esta página no pretendo sumar otra más al amplio mundo de páginas de recetas, sino que quiero ir algo más allá, a través de recuerdos, de reflexiones, trucos, consejos, gustos, etc. Al fin y al cabo, el momento de la cocina es un momento para estar con uno mismo y da lugar a pensar en infinidad de cosas. Mucha de la gente que ha pasado por mi mesa a comer me ha comentado la idea de abrir un restaurante…¡¡¡¡noooo!!! ¡Qué forma de odiar la cocina!. Al igual que me han insinuado que me presente a un concurso de cocina. Al próximo que me diga que me pesente a un concurso de cocina lo mando al Gran Hermano. Sí que es cierto que tengo dos estados diferentes en la cocina: disfrutándola- normalmente fines de semana y cuando viene gente a comer a casa-, y odiándola- cuando tengo que pensar TOOOODOS los días el menú del día siguiente-. Y cuando digo pensar, no sólo es pensar en lo que hacer de comer, sino repasar mentalmente los ingredientes que tengo en el congelador, en la nevera, en la despensa, los que tendría que comprar en caso necesario, en qué momento puedo ir a comprar, si antes o después de recoger a los niños en el cole, o entre que van a una clase o a otra,… ¡¡Lo odio!! Pero no por ello odio cocinar. Empecé este proyecto como terapia y porque, como dice mi madre, soy un “culo inquieto”. Siempre tengo que tener algo en mente y si supone un reto para mí, mejor. Como terapia, me ha servido, y con creces. Estoy teniendo mejor acogida de lo que esperaba y además, tengo a la familia encantada. Todos los días comen algo diferente. No os creáis que las fotos me las saco de internet, no. Las fotos son hechas por mí de platos cocinados por mí, lo cual me obliga a cocinar variado, aunque bien es cierto que no es muy diferente de lo que cocinaba anteriormente.
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