Caldo de repollo

22 cocineros planean hacer esto
lacocinademinia.es
lacocinademinia.es @lacocinademinia
Santiago de Compostela

Cuando llega el frío el cuerpo pide comida de cuchara.

En Galicia es muy típico el caldo de grelos, aunque el caldo de repollo es una buena opción con un sabor más suave, sobre todo para los niños.

Esta receta la he elaborado de una manera muy sencilla, aunque quien quiera le puede agregar hacia el final de la cocción un chorizo casero, el cual le da un sabor muy especial.

Leer más
Editar receta
Compartir

Ingredientes

  1. – Un puñado generoso de alubias blancas
  2. – Un repollo
  3. – Seis patatas grandes
  4. – Un hueso de jamón
  5. – Un trozo de jarrete de ternera (si puede ser con hueso, mejor)
  6. – Un trozo de tamaño de una nuez de unto
  7. – Sal

Pasos de la receta

  1. 1

    Ponemos el día anterior las alubias a remojar. Con mucha agua para que hinchen bien.

  2. 2

    En una pota echamos mucha agua- como 5 litros- y pondremos a fuego medio-alto las alubias junto con las carnes y el unto durante unas tres horas.

  3. 3

    Una vez que estén las alubias blandas (lo probamos pinchando un tenedor), agregamos las patatas peladas y cortadas en cuatro trozos, así como el repollo, que habremos limpiado y cortado a mano. Dejaremos que se haga a fuego fuerte durante unos 20 minutos. Rectificamos el punto de sal y servimos muy caliente. Buen provecho.

Reacciones

Cooksnaps

¿Has hecho esta receta? ¡Comparte una foto de tu creación!

Dibujo gris de una cámara y una sartén de cocina

Comentarios

Escrita por

lacocinademinia.es
lacocinademinia.es @lacocinademinia
Santiago de Compostela
Antes de nada os presento mi blog: http://www.lacocinademinia.es/ Con esta página no pretendo sumar otra más al amplio mundo de páginas de recetas, sino que quiero ir algo más allá, a través de recuerdos, de reflexiones, trucos, consejos, gustos, etc. Al fin y al cabo, el momento de la cocina es un momento para estar con uno mismo y da lugar a pensar en infinidad de cosas. Mucha de la gente que ha pasado por mi mesa a comer me ha comentado la idea de abrir un restaurante…¡¡¡¡noooo!!! ¡Qué forma de odiar la cocina!. Al igual que me han insinuado que me presente a un concurso de cocina. Al próximo que me diga que me pesente a un concurso de cocina lo mando al Gran Hermano. Sí que es cierto que tengo dos estados diferentes en la cocina: disfrutándola- normalmente fines de semana y cuando viene gente a comer a casa-, y odiándola- cuando tengo que pensar TOOOODOS los días el menú del día siguiente-. Y cuando digo pensar, no sólo es pensar en lo que hacer de comer, sino repasar mentalmente los ingredientes que tengo en el congelador, en la nevera, en la despensa, los que tendría que comprar en caso necesario, en qué momento puedo ir a comprar, si antes o después de recoger a los niños en el cole, o entre que van a una clase o a otra,… ¡¡Lo odio!! Pero no por ello odio cocinar. Empecé este proyecto como terapia y porque, como dice mi madre, soy un “culo inquieto”. Siempre tengo que tener algo en mente y si supone un reto para mí, mejor. Como terapia, me ha servido, y con creces. Estoy teniendo mejor acogida de lo que esperaba y además, tengo a la familia encantada. Todos los días comen algo diferente. No os creáis que las fotos me las saco de internet, no. Las fotos son hechas por mí de platos cocinados por mí, lo cual me obliga a cocinar variado, aunque bien es cierto que no es muy diferente de lo que cocinaba anteriormente.
Leer más