Pastel de soletillas, nata y mousse de chocolate
Este es el típico postre que sale de la imaginación puesta en común, por hacer la compra con tu padre un sábado cualquiera, andar por todos y cada uno de los pasillos del supermercado y, echar al carrito cosas que no sólo no estaban en la “lista” de la Alexa —y, sí, lo pongo entrecomillado, porque me refiero a su término metafórico y literal… ¿o es literal en ambos casos?—; sino que ni se necesitaban ni urgían. Porque para las que se necesitaban, hubo que salir de nuevo y hacer la compra “de verdad” —no preguntéis porqué lo entrecomillo, ya que ambas compras se pagaron… supongo que me parecía un texto algo lineal sin esos simbólitos voladores—.
De todos modos, no sólo quedó un postre rico y sencillo de preparar (que puede competir con el de cualquier restaurante) sino que descubrimos un sinfín de productos (que por supuesto compramos) pero de los que aún desconocemos utilidad, modo de empleo o fecha de caducidad… Pero quien es intrépido, lo es para todo, hasta para llenar el carrito de cosas bonitas y que sirven pá poco. Adelante mis valientes!
(Sumamos esta receta a la temática: 🌸🌼 Estado emocional: PRIMAVERA 🌸🌼).
Ingredientes
Pasos de la receta
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1
Ponemos a hidratar las láminas de gelatina en agua fría.
Mientras forramos con plástico un molde de aluminio, y colocamos por los bordes las soletillas (previamente cortadas a esa altura). -
2
Montamos la nata con ayuda de unas varillas eléctricas y, en otro bol mezclamos con la espátula el requesón, el azúcar (la cantidad depende mucho de lo que guste el dulce) y la esencia de vainilla.
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3
Separamos 1/3 de la nata montada y le añadimos el cacao en polvo con movimientos envolventes para no perder el aire. Ponemos la mezcla en una manga pastelera.
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4
Por otro lado, mezclamos también con movimientos envolventes la nata con la mezcla de requesón.
Calentamos 30 segundos un poco de leche y, disolvemos ahí la gelatina ya escurrida.
Integramos también esta gelatina con la nata y el requesón.
Ponemos también la mezcla en una manga pastelera. (Este paso es meramente opcional, a mí me parece más cómodo trabajar con la manga que con un cazo a cucharadas). -
5
Comenzamos a montar el pastel: ponemos una base de un par de dedos de nata, a continuación toda la trufa.
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6
Y terminamos con el resto de nata hasta llegar al bode del molde. Reservamos en nevera, al menos un par de horas.
Cortamos 2 o 3 fresas en daditos pequeños y reservamos también. -
7
Llegado el momento, desmoldamos —será muy muy sencillo—y decoramos con los daditos de fresa y con los nibs de cacao.
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8
A disfrutar!
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